Ha terminado la representación y es hora de "recomponer" un poco la figura. Así, ya en los camerinos, Ani se ha liberado de la peluca y del hábito de la Virgen del Carmen (sobre los que os hablaré otro día) mientras que Araceli peina su maltrecha cabellera. Ya no se asemejan a "la abuela de Psicosis" y a "la niña de El exorcista" (con quienes cariñosamente las comparábamos).
Ahora -una vez dejados sobre el escenario los personajes de la Abuela y María- se convierten en "seres normales" dispuestos a celebrar la extraordinaria acogida por parte del público. No diréis que no parecen dos actrices consagradas delante del espejo...
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