Va otra ración de anécdotas de nuestro montaje de Historia de una escalera:* La gorra que llevaba Juan de Cote (Cobrador de la luz) fue cedida por un componente de la Banda de Cornetas y Tambores Santísimo Cristo del Amor, de Guadalcanal. Desconozco de dónde demonios sacó la cartera...
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* En el primer acto el personaje de Fernando (al que interpreté) permanece casi todo el tiempo en escena (concretamente desde que Carmina baja la lechera a su madre y hasta el final cuando la pareja se declara su amor). Esta circunstancia impedía que pudiese beber agua para refrescar un poco la garganta.
* En la segunda función los cigarrillos que fumaba en escena tenían menos tabaco del habitual -no sé por qué razón-, con lo que al encenderlos se consumían en seguida: era como si prendiese papel directamente. ¡Ah! El cigarrillo que usaba Ángel Romero (Manolín, mi "hijo" pequeño) era de "pega".* Por contra, el vino que iba a comprar Generosa (Mercedes Ugía) sí era de verdad: salía de su casa con la botella de cristal vacía y, entre bastidores, la llenaba de tinto procedente de otra botella con un embudo pequeño.
* José Valle (Don Manuel) era el único que iba a cada representación ya vestido desde casa con su traje de chaqueta, su corbata, su bastón... Los demás tuvimos que cargar con toda la indumentaria en cada función.
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