Página de información y opinión del grupo de teatro LA CAJA DE CARTÓN, de Guadalcanal (Sevilla).

lunes, 23 de agosto de 2010

A mi familia del teatro

Hoy, pasados sólo dos días desde el estreno de El cianuro, ¿solo o con leche?, ya echo de menos a mi familia del teatro; por eso me apetece dedicar unas palabras a quienes comparten conmigo tantas y tantas noches de ensayos en el cine de Guadalcanal.
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MANOLO.- Con tus estuches de maquillaje en bandolera es una garantía contar contigo para las caracterizaciones, en este caso especialmente las de Don Gregorio y Eustaquio. Ya me dijeron que te sentías extraño viéndonos desde el público: las tablas te están esperando.
MARI PAZ.- Eres la "novata". Gracias por tu ayuda en el montaje del decorado y en las tareas de costura y cambios de vestuario durante la representación. Bienvenida a casa. Ya no te escapas... Bueno, si acaso te damos permiso para que prepares la cabalgata de Reyes Magos.
JOSECHU.- Te encargas del trabajo "duro" y quizás menos reconocido: la manipulación de esos tableros tan pesados para el montaje de los decorados, así como del transporte de enseres y de la grabación de las representaciones. Tu colaboración se ha convertido en imprescindible.
ROSI.- Mi buena amiga del casete. A tu ambientación musical introductoria de cada acto se unió esta vez un cometido que requería estar más pendiente que de costumbre: los truenos de Badajoz (ya se sabe que tienen fama). Ya te lo dije una vez: gracias por tu serenidad.
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ÁNGEL.- Muy bien, tío. Dominaste de lujo los otros dos casetes desde detrás del decorado: uno con la lluvia y el otro con los sonidos del timbre del teléfono, los disparos, la sirena de la policía y el viento. ¡Ah! Y, además, los efectos especiales de los relámpagos. Te pido perdón por ser tan coñazo.
JOSÉ LUIS.- Cada día mejor, querido amigo. Esta vez el más difícil todavía: ¡diez micrófonos! en manos inexpertas como las nuestras. Supone una tranquilidad el que estés ahí, justo al lado, controlándolo todo. Gracias por tu ilusión, por tu apoyo y por tu esfuerzo. Nos tienes que prometer que una noche te quedarás a cenar.
PEPO.- ¿Qué decirte? No te defraudamos, ¿eh? Y eso que tenías un miedo espantoso... Gracias por los decorados, por la ambientación, por las pinturas, por auxiliarnos dentro de los camerinos, por ser como eres: una gran persona. Me diste un disgusto cuando entendí que, por la feria, no podríamos contar contigo.
JOSÉ MIGUEL.- Decir peluquería en nuestro grupo es hablar de ti. Sabes qué tipo de peinado necesita cada personaje para que su caracterización sea la adecuada. Además, llegas de los primeros al cine el día del estreno, lo cual me produce seguridad. Si, encima, interpretas a un anciano de noventa y dos años, el mérito es mayor, aunque fuese una noche algo "gafe": tropezones, caída de micrófono...
JESÚS.- Por fin te saliste con la tuya: estabas harto de salir siempre con el mismo vestuario, aunque la gabardina no se mojaba ni a tiros. Tiene mucho mérito lo que haces a tus quince años: no todo el mundo es capaz de aprenderse un papel y desarrollarlo luego sobre el escenario. En cuanto al temblor de manos, ya verás como va pasando poco a poco...
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KOKI.- Genial en tu papel de Socorro, una de las vecinas cotillas. Tienes la virtud de ser de las primeras en aprenderte los guiones, con lo cual se hace más fácil el movimiento sobre el escenario en los ensayos. Me encantan tu timbre de voz y tu sensibilidad artística (poesía, pintura, canto...). Ya sabes que en octubre tenemos otra cita en El Pedroso.
LOLI.- Qué trabajito te costó adaptarte a tu papel de soltera amargada, ¿verdad? Tenía una ventaja: no necesitabas el maquillaje que emplearon contigo para hacer de Amapola. Quería agradecerte públicamente y de todo corazón tus llamadas telefónicas matinales llenas de cariño en esos días en que, algo pachucho, tuve que permanecer en cama: contribuyeron en gran medida a mi recuperación.
JUAN.- Querido amigo: somos los veteranos. Hemos participado en todos y cada uno de los montajes que, desde 2004, ha llevado a cabo el grupo de teatro. Lo eres todo para nosotros: el portero del cine, el montador de decorados, el "manitas" de La caja de cartón... Y en esta obra, por si un personaje fuese poco, dos. Extraordinario ese Sátiro de Extremadura.
ANI.- Te libraste de la peluca, Adela querida. No sé cómo pudiste aguantar toda la obra sentada en la silla de ruedas, con lo que a ti te gusta moverte por el escenario y darte aire con el abanico. Esta temporada los ensayos te han traído un poco por la calle de la Amargura, pero ha merecido la pena, ¿no crees? ¡Anímate! Nos haces falta.
MARI.- Otro de tus sueños cumplidos: me alegro muchísimo -por ti- de que, por fin, el cine estuviese completamente lleno para ver una representación nuestra. Tu potente voz solventó el fallo inicial del micrófono. Gracias por tus consejos, tus "locuras" y tu risa contagiosa. ¡Ah! Ni se te ocurra abandonarnos para hacer cine, ¿eh?
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CARMEN SUSANA.- Querida Susan, te envidio porque yo sería incapaz de meterme en la concha y soportar los nervios en espera de que alguno se quede in albis. Gracias por tu constancia todas las noches, no sólo con el guión en la mano, sino pasando los textos de los actores que se ausentaban de los ensayos, y por tu paciencia. Un breve descanso (nos sentará bien) y ¡a por la siguiente!
CHIQUI.- Eres el alma de La caja de cartón, la vitalidad, la alegría, la jovialidad en persona. Gracias por hacernos pasar unas inolvidables noches de ensayos muertos de risa mientras interpretabas tu papel de Justina. Ya ves: al final, no se nos escapó ninguna carcajada durante la representación. No cambies nunca. ¡Prohibido!
ARA.- Sé que no te fue fácil meterte en el personaje de Marta; creo que, en parte, por mi culpa, hasta que lo fuimos solucionando a base de repetir y repetir. Gracias por tu complicidad para conmigo, por tu sonrisa siempre dispuesta a levantar el ánimo. Me he sentido muy cómodo haciendo -por segunda vez- de tu pareja. ¡Ah! Y recuerda que tenemos algo pendiente por exigencias del guión.
LOS "PEQUES".- Gracias Patricia, Valme, Pablo y Lía por vuestra compañía y por hacernos sentir un poco niños con vuestros juegos y travesuras.
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MANUEL.- Ese soy yo: perfeccionista en exceso, demasiado exigente, bastante gruñón (la edad no perdona), un manojo de nervios, pero afortunado: cuento con unos amigos extraordinarios. ¡Qué digo amigos! Son -sois- mi familia de LA CAJA DE CARTÓN.
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1 comentario:

Jose Miguel dijo...

Manolo, gracias por tus amables palabras, tanto a mi como al resto del grupo. Sinceramente gracias.
Ahora te voy a regañar, tienes unas palabras para cada uno de los que intervenimos en esta obra de: ¿El cianuro...solo o con leche?, pero no para todos.
¿Quien se te quedo en el tintero?
Pues bien, te refresco la memoria:
Bien esta que te olvides a "PIRULA" (Que rica estas) que se pasa toda la obra metida en el telefono, pero olvidarte de ROSALINDA (Que abre y cierra los ojos)no tiene perdon.
Bueno aqui queda dicho ROSALINDA que tanta compañia hace a Justina tambien forma parte de la compañia(Al menos por un tiempo)
Saludos a todos los compis teatreros.