En El Pedroso con "La camisa" (II)

Y, concluida la presentación, Carmen se nos marcha a un rinconcito tras el telón. Suena El gato montés en el equipo que comanda Rosi y se abren las cortinas. Baja la música y Ani (Abuela) da comienzo a la obra: "¿Qué pensará hacer este hombre sin camisa?" mientras Jesús (Nacho) y Ángel (Agustinillo) juegan a las canicas.

.

Pasada mi entrada en escena ("¡Os doy un duro!") se van sucediendo los personajes sobre el escenario: la Señorita (María) será víctima de las bromas de los chavales; Juan ("Juanito Nogales") volverá a la chabola con las manos vacías; María (Araceli) seguirá proclamando su desesperación a voz en grito; el Tío Maravillas (José Salvador) comenzará a vender sus globitos; Lolita (Chiqui) aparecerá con una bolsa de tomates; Balbina (Mari) saldrá al solar a tender ropa; el chaval de la tasca (Mario) irá sacando del bar el vino, el periódico, las cortezas de gorrino y las sillas; Lolo (Julito), Luis (José Valle) y Sebas (José Miguel) irán a la tasca a tomar unas copas; Ricardo (Manolo), borracho, seguirá pidiendo sus pantalones; Lola (Mercedes) volverá del Rastro con un paquete en la mano... Luego, al principio del tercer acto, un golfillo (Mari Ángeles) cruzará la calle tras secarse el sudor.

.

Unos personajes para un drama ambientado en Madrid en los años sesenta y en el que se dan cita la pobreza, el acoso, la desesperación, pero también la inocencia, la ilusión, la esperanza... toda una mezcla que Lauro Olmo -el autor- supo "batir" para sacar a la luz La camisa que, en definitiva, es la auténtica protagonista de la obra.

.

Aunque siempre se puede mejorar, personalmente estoy satisfecho de la representación en El Pedroso. El salón de actos del centro de formación estaba completamente lleno de un público espectante que desde el primer momento se "metió" en el argumento y que, al final, nos premió con un caluroso aplauso. Quiero dar las gracias a José Luis Jiménez, concejal de Cultura de El Pedroso, por las facilidades dadas para poder montar el escenario y por contar con nosotros para esta primera edición del festival de teatro.

.

A las diez y media de la noche, concluida la representación, tocó el desmontaje del escenario que -entre todos- no supuso demasiado esfuerzo. Una vez guardado todo en la furgoneta y en los coches nos dispusimos a disfrutar de una merecida cena en un restaurante cercano (en la foto, los más jóvenes del grupo). A las dos de la madrugada finalizaba -ya en Guadalcanal- esta aventura lejos de nuestro querido cine-teatro. ¿Para cuándo la próxima?